Hace unos 8 años atrás, entré en el mundo de la fotografía, guiado por la necesidad económica de vivir tranquilo y feliz.
Antes de agarrar mi primera cámara, no tenía ni la más mínima idea de lo que significaba la FOTOGRAFÍA. Desde que me decidí entrar de lleno a este mundo de las bodas, no paré de formarme de manera autodidacta, leyendo libros, artículos y admirando a grandes fotógrafos de aquellos tiempos. Con pros y contras fui aprendiendo de a poco.
Luego de cierto tiempo elegí formarme con workshops y one to one de otros compañeros a los que admiro, en lugar de buscar el clásico temario academicista; con ellos pude aprender trucos y secretos que me permitieron avanzar mucho más rápido que cuando solía hacerlo por mi cuenta, ¿Lo mejor de todo? Es que me permitió conservar lo que me hacía único y esto es lo más importante en este camino.